Es importante el cuidado de la salud mental de los trabajadores y sus familias, así como el compromiso de los empleadores.
Regresar a la presencialidad labora luego de más de un año de virtualidad puede representar algunos desafíos para la salud mental de los trabajadores.
Incluso, antes de la pandemia por covid-19, estudios realizados en la población trabajadora del país alertaron sobre los riesgos asociados con el estrés laboral y los eventos de salud derivados de la ansiedad y la depresión.
“Datos más recientes evidenciaron que las condiciones impuestas por la pandemia han representado una importante exigencia para la salud mental de los colombianos, quienes han reportado principalmente síntomas asociados con ansiedad, depresión, exposición a violencias, consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas”, explicó Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social.
Por ello, después de más de un año de haber tenido que transformar la forma de vivir para convertir los hogares en lugares de trabajo, colegios, universidades, zonas de recreación y actividad física, articuladas en un mismo espacio con la dinámica familiar y en un nuevo mudo de virtualidad, se presenta la necesidad de adaptarse a una “nueva normalidad” que implica el retorno al trabajo presencial en entornos laborales transformados para garantizar las medidas de bioseguridad y prevenir el contagio.
“Es posible que esto genere estrés en algunos trabajadores, ya que se trata de un nuevo proceso de adaptación, que incluye preocupación por el riesgo de contagio, incertidumbre por la efectividad de las vacunas. También es posible que algunas personas hayan adaptado su vida familiar al trabajo desde casa y ahora les resulte difícil cambiarlo. Algunos estarán ansiosos por volver a la presencialidad, otros tendrán mucha resistencia o les costará mucho hacerlo”, dijo Bautista.
Por lo anterior, es importante el cuidado de la salud mental de los trabajadores y sus familias para afrontar la transición hacia el retorno a la presencialidad, teniendo en cuenta aspectos como los siguientes:
Empleadores:
- Adoptar todas las medidas de salud pertinentes para ofrecer mayor tranquilidad a los trabajadores: ventilación, limpieza y desinfección adecuadas a las características e intensidad de uso de los lugares de trabajo.
- Poner a disposición de los trabajadores agua, jabón y desinfectantes autorizados.
- Establecer turnos para combinar el modelo presencial con el teletrabajo y mantener espacios para el distanciamiento recomendado. Proponer un plan de retorno consensuado con los trabajadores, permitiendo la expresión de sus preocupaciones y aportes, es la mejor manera de evitar conflictos.
- Los directivos y coordinadores deben respetar el horario laboral.
- Fijar un límite de reuniones por día y establecer pausas obligadas entre reuniones.
- Generar espacios para expresar la forma en que cada persona se adapta al trabajo presencial con las restricciones de bioseguridad y los nuevos ajustes en casa.
- Encuentros para hablar de temas cotidianos, no relacionados con el trabajo.
- Disponer reuniones para la retroalimentación bidireccional que permita ir ajustando los procesos de trabajo.
- Celebrar eventos como los cumpleaños o logros obtenidos.
- Reconocer a quienes aportan en el mantenimiento del clima laboral satisfactorio y al trabajo en equipo con las restricciones de bioseguridad.
- Modificar los estilos de coordinación y control adaptándolos a las necesidades de los colaboradores, flexibilizar horarios y tareas para quienes tengan situaciones familiares o de salud que deban atender.
- Promover el autocuidado físico y mental y monitorear que se esté cumpliendo durante el horario laboral.
- Disponer espacios y actividades de bienestar durante la jornada laboral o extralaboral.
- Implementar los protocolos de intervención psicosocial para el manejo del estrés.
- Charlas y consejería con profesionales de la salud mental, para en bordaje de duelos por pérdidas durante la pandemia. Incluso promover rituales de despedida para los compañeros que murieron en este tiempo.
- Abrir espacios para el diálogo e intercambio de experiencias en cuanto a cómo les ha impactado y han afrontado la pandemia, con el propósito de cerrar ciclos e iniciar una nueva etapa, buscando ayudarlos en la satisfacción de sus necesidades, particulares y como grupo.
- Asegurarse de que todos tomen las vacaciones, acumuladas o no, porque vacaciones en el encierro, el miedo y el conflicto, no son vacaciones.
- Otorgar permisos cortos por turnos para disfrutar realmente del tiempo libre.
Trabajadores:
- Retomar los vínculos con los compañeros de trabajo respetando las medidas de bioseguridad, siendo empáticos y solidarios.
- Aprender técnicas de respiración y relajación para manejar el estrés.
- Realizar pausas activas al menos dos veces durante la jornada laboral.
- Procurar no saturarse con la información/desinformación de las redes sociales y medios de comunicación. Para informarse sobre el estado de la pandemia y la vacunación es suficiente con algunos minutos al día. Consultar fuentes de información confiables (por ejemplo: medios científicos, entidades de salud)
- Controlar lo que se puede controlar, aceptar lo que está bajo el control de otros.
- Manifestar las necesidades. Compartir con otras personas las emociones y pensamientos, y escuchar a los demás, también se puede ser apoyo para otros.
- Destinar tiempo para las actividades que le producen placer: música, lectura, juegos, otros.
- Realizar actividad física, alimentarse sanamente y evitar el consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias psicoactivas.
- Reconocer las emociones y buscar ayuda de manera oportuna cuando estas sean mayormente tristeza, miedo, rabia, soledad, desesperanza, con los responsables de seguridad y salud en el trabajo, a través de la EPS o con los jefes y compañeros de trabajo.