– El Ministerio de Salud y Protección Social insta a padres, cuidadores, así como al sector educación, a mantener el diálogo con los niños, niñas y adolescentes ahora que regresan a los escenarios presenciales y se generan nuevas dinámicas de interacción.
Tras las medidas que exigió la pandemia, de nuevo en el 2022 los niños, niñas y adolescentes han regresado a las aulas escolares de forma presencial, recuperando así la posibilidad de interactuar con otros niños, desarrollar plenamente las capacidades físicas y cognitivas, pero en algunos casos enfrentándose de nuevo a violencias propias de los entornos escolares, por ello es importante mantener permanentemente el diálogo, como primera recomendación a los padres y responsables.
Al respecto, Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social, señaló que tras la pandemia por covid-19, se ha reconocido mejor el rol de la salud mental en el desarrollo de nuestros niños y niñas. “Ya el sector educación lo ha venido entendiendo y desarrollando al interior de sus programas, también el sector cultura y de la recreación, la invitación también es a los padres para que tengan en cuenta que el manejo de las emociones es fundamental para el adecuado desarrollo de un niño y para que adquieran capacidades para afrontar retos de la vida cotidiana incluida la violencia escolar”.
Para la funcionaria, este es el paso fundamental en el que se debe seguir avanzando, por ello señaló que “es importante entender que las habilidades para enfrentar estos retos de la vida cotidiana y afrontar cuestiones que no deberían pasar -como la violencia y el abuso escolar- son habilidades que se pueden cultivar, que se entrenan y se aprenden en la primera infancia, pero que finalmente seguimos aprendiendo a lo largo de toda nuestra vida”.
Por ello solicitó a los establecimientos escolares a fortalecer el habla acerca de la salud mental y de las condiciones que propician su deterioro, favorecer que los niños y niñas puedan hablar en sus hogares de lo que les está ocurriendo, como estrategia fundamental. “Como padres a veces perdemos esa capacidad de escucha, entonces volver a poner atención, dedicar tiempo, concentración en escuchar a nuestros niños y en poder acompañarlos en sus preocupaciones y necesidades, en sin duda el primer recurso”, dijo.
Como segundo recurso solicitó tener en cuenta las líneas de atención y apoyo en salud mental, particularmente aquellas que están destinadas para casos de vulneración de derechos o cuando existen preocupaciones de ser víctima de violencia, por ejemplo, la línea 141 del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, que tiene prestos profesionales para apoyar en estas necesidades y para derivar en las líneas de atención en salud mental cuando se requieran.
También los territorios, en su mayoría, tienen líneas de orientación en salud mental, así como las EPS que cada vez con mayor fortaleza y de manera más extensa, están colocando a disposición de sus afiliados líneas de orientación y de atención en salud mental para saber qué hacer y dónde acudir.
Niños que hacen bullying también son victimas
Bautista precisó el tener en cuenta que, en el caso de la violencia escolar con pares, quien ejerce violencia escolar también atraviesa por necesidades en salud mental. “Es otro niño o niña que seguramente si revisamos su historia, ha sido víctima de diferentes formas de violencia, ha tenido otros factores de riesgo, seguramente algunas cuestiones relacionadas con privaciones afectivas, con eventos muy difíciles en la primera infancia o con dinámicas familiares adversas”, dijo.
En tal sentido, es muy importante entender que los niños que ejercen violencia contra otros, probablemente también necesitan apoyo en salud mental y seguramente sus familias. “Entender todo esto es un tránsito que debemos seguir haciendo y que no es una tarea fácil, pero que sí aporta de manera muy importante a lograr una adecuada convivencia escolar y sobre todo un entorno que proteja la salud mental”, añadió la funcionaria.
Por ello a su cierre, Bautista, quien también es médica psiquiatra, precisó que detectar a los que están en riesgo es clave, “estar atento a los indicios como los cambios de comportamiento, la inquietud, la oposición a normas, la agresividad, síntomas de ansiedad, síntomas de depresión, cambios en el sueño o en el apetito. La capacidad que tengamos todos como maestros, como amigos, como compañeros, como cuidadores o como profesores para escuchar y entender las necesidades en salud mental de nuestros niños y niñas, son esenciales para evitar el acoso escolar, pero también para impedir sus consecuencias en la salud mental”.