A finales de 2024, intensas lluvias provocaron una emergencia que afectó gravemente la infraestructura del Laboratorio Departamental de Salud Pública en Norte de Santander. Este deterioro puso en riesgo tanto el diagnóstico y la vigilancia epidemiológica del departamento como la seguridad del personal técnico. Ante esta situación crítica, el Instituto Departamental de Salud (IDS), con apoyo de la Gobernación, actuó de forma inmediata y declaró una urgencia manifiesta para evitar la paralización de funciones vitales.
El director del IDS, Fernando Augusto Álvarez García, destacó que no podían permitir la interrupción de los servicios esenciales de salud pública. Por ello, se emprendió una intervención técnica y administrativa rápida y eficaz.
Las obras realizadas abarcaron más de 900 metros cuadrados e incluyeron el reemplazo de cubiertas, impermeabilización, mantenimiento de placas, vigas y bajantes, así como reparación de goteras y humedades. También se modernizaron redes eléctricas en áreas clave como microbiología molecular, y se adecuaron espacios anteriormente abandonados, como el sub-laboratorio de rabia y los baños del personal. Según el arquitecto Luis Fernando Vageón, estas mejoras estabilizaron en un 40% adicional la operatividad del laboratorio.
Gracias a estas acciones, el Laboratorio volvió a operar en condiciones óptimas. Lorena Montoya, su coordinadora, aseguró que se pasó de un escenario crítico a uno funcional, donde se pueden entregar resultados confiables y oportunos, lo que fortalece el sistema de salud pública del departamento.
El compromiso del gobernador William Villamizar Laguado y del IDS fue clave para ejecutar la obra en tiempo récord, bajo principios de transparencia y eficiencia. Esta intervención no solo resolvió una crisis estructural, sino que dejó al laboratorio mejor preparado para enfrentar los retos sanitarios actuales y futuros, reafirmando el liderazgo y la responsabilidad institucional en la gestión de emergencias en salud.