– La actividad física y el deporte es importante para nuestra salud en general, por ello se invita a superar el sedentarismo y el tiempo en pantallas.
En el momento que la presencialidad ya hace parte de las dinámicas propias de la escuela, las universidades y la vida misma, el Ministerio de Salud y Protección Social hace especial énfasis en recuperar la actividad física y deportiva, dado que durante las medidas estrictas de la pandemia se aumentó el tiempo de pantalla y en consecuencia el sedentarismo.
Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles, destacó “que la relación entre la actividad física con la salud mental es estrecha, permanente e interdependiente, debemos entender la salud como una sola”.
En dicha relación, Bautista, quien además es médica psiquiatra, explicó que en el ser humano hay un nivel neurobiológico, donde claramente la actividad física se identifica con la producción de neurotransmisores asociados a la sensación de placer y bienestar.
“Ahí estamos hablando de la serotonina, la dopamina, de las endorfinas, pero también de una reducción de los niveles de cortisol que son los que se vinculan a sensaciones de estrés”, resaltó.
Esta reducción de los niveles de cortisol favorece a las respuestas adaptativas de situaciones que requieren un despliegue de los recursos de afrontamiento, por ejemplo, en el caso de los jóvenes universitarios, los exámenes finales.
“En este nivel neurobiológico, la transmisión de estos neurotransmisores es esencial para prevenir síntomas de depresión y de ansiedad, que finalmente de acuerdo con nuestra Encuesta de Salud Mental de 2015, son los problemas y trastornos más frecuentes en toda la población”, señaló Bautista.
Sin embargo, hay otros niveles relacionados con el aporte que tiene la actividad física a coadyuvar en el abordaje integral de distintas afectaciones en salud, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades respiratorias, el cáncer, las enfermedades huérfanas, pero también los trastornos mentales.
Por ello, Bautista señaló que es clara la literatura científica sobre cómo la actividad física contribuye en el tratamiento de la depresión. “Incluso en la depresión leve y moderada puede ser un coadyuvante esencial que permite que no se tenga que usar el tratamiento farmacológico en algunos casos”, sostuvo.
Curso de vida
Pero la actividad física además tiene una dimensión muy vinculada con el desarrollo humano, y cuando hablamos del desarrollo necesariamente tenemos que hablar de las características de los sujetos, de las personas y de cómo estas características van modificándose y van modulándose a lo largo de los distintos momentos del curso de vida.
En la primera infancia la actividad física es clave para el crecimiento de los niños, además aporta en el crecimiento en sus capacidades motoras, cognitivas, de relación “y les permite asimilar y conquistar el mundo de una manera vivencial”, explicó la funcionaria.
En los adolescentes donde se solidifican los hábitos de la edad adulta, la actividad física además no solo contribuye a la promoción de la salud, sino que se convierte en un factor clave en la formación de redes sociales de apoyo, que es un tema central del cuidado de la salud mental y en la prevención de desenlaces tan difíciles como la conducta suicida.
Por su parte en la edad adulta, la actividad física es esencial para el tratamiento de distintas enfermedades, pero además ayuda a disminuir el estrés que muchas veces puede presentarse.
Y en las edades más avanzadas, con la actividad física el adulto mayor incrementa la percepción subjetiva de calidad de vida, capacidad funcional y de estados de ánimo favorables.
“Así que la actividad física es un factor protector estructural y global de la salud y por supuesto de la salud mental”, indicó Bautista, por lo que invitó a toda la población a retomar las actividades físicas o deportivas que se realizaban en tiempos prepandémicos.
Por ello añadió que la pandemia “ha sido una situación profundamente transformadora que ha puesto muchos de nuestros recursos en el afrontamiento de múltiples duelos, y la profundización de brechas sociales y económicas que dificultan llevar una vida más saludable”.
“Han ocurrido escenarios que aumentan las vulnerabilidades y desfavorecen la actividad física, el sedentarismo ha sido una realidad y particularmente para los niños y adolescentes, donde el tiempo en pantalla se aumentó de una manera gigantesca”, enfatizó.
Pero recordó al respecto que la pandemia también ha sido escenario de oportunidades y de generar capacidades distintas, como por ejemplo hablar más con la familia, lo que es clave para la salud mental.
“Tanto la salud física como mental son esenciales en el desarrollo humano y en esa medida requiere una mirada pensada en las personas y en las familias, queremos que ahí esté la clave”, puntualizó.
Fuente: MinSalud